SIGNOS E INSTRUMENTOS
Signos proféticos
En la antigua cultura bíblica (en hebreo), las actitudes
hacia el cuerpo aluden a situaciones diferentes partes: la cabeza ilustra
liderazgo (1 Cor 11,3) - a la cabeza simboliza la alegría, la confianza, el
orgullo, elogios. "... Tú eres mi gloria y el levantador de mi
cabeza" (Sal 3,3). Los pies fueron golpeados en tiempos de extrema alegría
o tristeza. "Aplaudan, una patada y decir" ¡Ah! Para todas las
abominaciones mal de la casa de Israel "(Ezequiel 6:11). Comienza cuando los
hechos proféticos primitivos, usando el cuerpo como un signo profético.
Actos proféticos en Danza y símbolos
Como elementos de la danza bíblica hay símbolos
proféticos o representación de lo que queremos lograr proféticamente - entonces
se actúa proféticamente a través del uso de banderas, estandartes, túnicas y
velos que indica que "El Señor es mi bandera", "El Señor de los
Ejércitos", "Su bandera sobre mí es el amor", vigas de trigo y
cestas de fruta y pan (cosecha espiritual de una nueva vida o física), los
buques arcillas (la naturaleza humana), candelabro, el aceite de oliva, vino,
fuego y agua (símbolos del Espíritu Santo).
La danza puede tener personajes de origen étnico,
marciales (marchas, deportes y lucha), leves o intensos movimientos, simbólico,
indicial o icónico, grandes o de la manera (el pueblo, las direcciones y
ubicaciones geográficas), el uso de banderas y pancartas, en referencia a la
guerra espiritual o tomada (espiritual) de territorios; maza y porras, la corona,
en representación de la soberanía Señor Jesús, o para ser más poético y
apasionado culto de una manera más íntima o ser más extravagante y floja, lo
que demuestra la libertad, la alegría, el éxtasis como espiritual. Assim puede
ser simple y aparatos distribuidores, utilizando sólo el sentido profético o
hay una conexión íntima con el fiestas cristianas o los actos proféticos
específicos.
Los principales instrumentos que Dios nos ha dado
para adorarle son:
Nuestras manos y pies
La palabra mano significa poder y potestad,
“Mientras Moisés mantenía los brazos en alto, la batalla se inclinaba en favor
de los israelitas; pero cuando los bajaba, se inclinaba en favor de los
amalecitas” (Éxodo 17:11 – NVI); “tomarán en sus manos serpientes; y cuando
beban algo venenoso, no les hará daño alguno; pondrán las manos sobre los
enfermos, y éstos recobrarán la salud” (Marcos 16:18 – NVI).
Nuestras manos son ejecutoras de gran parte de las
intenciones del hombre. Nuestras manos son símbolo de dar de servicio de
generosidad,“Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo
te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en
tu tierra” (Deuteronomio 15:11).
También es símbolo de autoridad sobre el enemigo,
como ministros de Danza debemos trasmitir lo que hay en nuestras vidas es
importante arreglar esas áreas que están incorrectas, pues lo que hay en
nuestro corazón es lo que transmitimos; “Quiero, pues, que los hombres oren en todo
lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda” (1 Timoteo 2:8).
Nuestros pies símbolo de autoridad, “Yo os he
entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de
vuestro pie” (Josué 1:3). Los pies sirven de apoyo para sostener el cuerpo y
hacerlo andar, Dios nos ha dado pies para ser usados como armas poderosas en
contra del enemigo, “Pero para ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol
de justicia trayendo en sus rayos salud. Y ustedes saldrán saltando como becerros
recién alimentados. El día que yo actúe ustedes pisotearán a los malvados, y
bajo sus pies quedarán hechos polvo dice el Señor Todopoderoso” (Malaquías
4:2-3 – NVI).
A la hora de ministrar debemos reconocer la
autoridad que poseemos en nuestros pies, “Y el Dios de paz aplastará en breve a
Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con
vosotros” (Romanos 16:20). Nuestros pies son símbolo de señorío, “Le hiciste
señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies”
(Salmo 8:6). Son símbolo de proclamación de buenas nuevas, “¡Cuán hermosos son
sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz,
del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion:
¡Tu Dios reina!” (Isaías 52:7). Representan victoria y celebración; señalan
nuestro sacerdocio delegado por Dios.
Pandero
Es un instrumento estratégico que Dios ha
entregado, y que en toda batalla está presente, declarando la destrucción de
los enemigos y la victoria del pueblo. Muchas veces es sonado cuando Dios está
dando una palabra profética, es un instrumento de guerra que trae libertad de
opresión, destruyendo las cadenas y fortalezas; cada vez que es sonado
espiritualmente, es un golpe de la espada de Dios que trae justicia,
estremeciendo al enemigo y a todo su reino.
Al momento de utilizarlo debe haber siempre un
orden, pues puede ser de distracción; esto ocurre cuando no está siendo
dirigido por el Señor, al estar dentro del mover espiritual no interfiere, sino
es reconocido como de parte de Dios. “Alaben su nombre con danza; con pandero y
arpa a él canten” (Salmo 149:3); “Alabadle con pandero y danza; alabadle con
cuerdas y flautas” (Salmo 150:4); “Y cada golpe de la vara justiciera que
asiente Jehová sobre él, será con panderos y con arpas; y en batalla tumultuosa
peleará contra ellos" (Isaías 30:32); “Después de esto llegarás al collado
de Dios donde está la guarnición de los filisteos; y cuando entres allá en la
ciudad encontrarás una compañía de profetas que descienden del lugar alto, y
delante de ellos salterio, pandero, flauta y arpa, y ellos profetizando” (1
Samuel 10:5); “Y María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su
mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas” (Éxodo
15:20).
Velos
Significa la cobertura. Cuando danzamos con ellos
sentimos como su Espíritu Santo envuelve a su pueblo, sus brazos rodean al
necesitado, al afligido, trayendo fortaleza, levantando sus cabezas; igualmente
a través de su Espíritu trae una libertad para adorarle, pues desciende su
presencia y donde está su Espíritu hay libertad, desvanece la dureza de los
corazones llevándolos a humillarse, reconociendo que sólo a través de su
cuidado y su protección pueden vivir en paz.
Es un instrumento que muestra la sutileza, el
cuidado delicado del Señor trabajando en los corazones, mostrando su amor, su
perdón y el anhelo de una relación intima con Él. Al levantar el velo elevamos
nuestra ofrenda y la del pueblo, los agradecimientos; y al moverlo de arriba
hacia abajo, declaramos las bendiciones que descienden de parte de Dios y
cubren a sus hijos. A la hora de que el pastor está ministrando, los velos
están en movimiento, declarando la sanidad, libertad, la presencia del Espíritu
Santo moviéndose en cada rincón de la iglesia y de los corazones.
Son muchos los significados que este bello
instrumento tiene, y mientras pasen los días, Dios seguirá revelando en el
momento que estemos danzando lo que esto representa para Él y para la iglesia.
La misericordia de Dios extendida como cobertura a su pueblo. “En gran manera
me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con
vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió,
y como a novia adornada con sus joyas” (Isaías 61:10).
Los aros
Representan la perfección. Lo completo no tienen
principio ni fin, es un instrumento que enciende el fuego y aviva el mover del
Espíritu; sus cintas le recuerdan al enemigo los látigos que Jesús recibió por
nuestra causa, representando hoy en día nuestra victoria y su derrota al haber
resucitado Jesucristo. Es un instrumento de gozo que trae júbilo entre el
pueblo.
Al moverlos de arriba a bajo, podemos ver que es
como una lluvia de su gloria, muestra el poder de Dios y su autoridad.
Manifiesta el gozo, la exaltación y hace un llamado a que el pueblo se levante
en alabanza. “Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el
último”(Apocalipsis 22:13); “Venid, aclamemos alegremente a Jehová; cantemos
con júbilo a la roca de nuestra salvación. Lleguemos ante su presencia con
alabanza; aclamémosle con cánticos” (Salmo 95:1-2).
Las cintas largas
Es un instrumento que ata maldiciones y desata
bendiciones, un instrumento tanto de adoración como de guerra; al dar vueltas
con ella, muestra la cobertura del Señor. “Y a ti te daré las llaves del reino
de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y
todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos” (Mateo 16:19).
Muñequeras con cintas
Dios toma nuestros brazos y nos levanta trayendo
fortaleza y ánimo, mostrando la unión del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
con nosotros. Depende mucho de los colores que tengan las cintas, como las
rojas, naranja y amarillas mostrando el fuego de Dios que es avivado; las
azules, el agua que limpia y restaura, el Espíritu de Dios moviéndose, el rocío
de su amor. “Los atraje con cuerdas de ternura, los atraje con lazos de amor.
Les quité de la cerviz el yugo, y con ternura me acerqué para alimentarlos”(Oseas
11:4).
Los heraldos
Anuncia y proclama. Al ondear el Heraldo estamos
anunciando las buenas nuevas, trae alegría al pueblo al conocer las promesas de
Dios, y afirma con poder cada palabra proclamada en medio de la congregación.
Las banderas
“Has dado a los que te temen bandera que alcen por
causa de la verdad. Selah” (Salmo 60:4)
Detrás de cada bandera hay un ejército que se
identifica con ella. Representan a una nación o país. Estas empezaron a ser
importantes en las batallas por varias razones:
1. En sí mismas constituyen un informe del estado
de cada ejército en la batalla. El abanderado se colocaba bien en alto, para
que los capitanes y demás soldados localicen el batallón.
2. Alrededor de la bandera se reúne todo el
ejército por sus escuadrones, lanceros, arqueros y honderos.
3. Indican hacia dónde sopla el viento, así el
ejército se puede ubicar en la mejor forma para utilizar sus armas.
4. El bajar las banderas simboliza derrota, por
tanto, el abanderado la mantiene en alto para no dejarla caer; al cansarse debe
buscar un remplazo. El alzar banderas es señal de autoridad y poder, e implica
el alegrarnos. Jesús es la causa por la cual podemos levantar bandera. Sólo los
que temen al Señor pueden levantar bandera.
Bandera en hebreo es Nous, y el significado implica
que al levantar bandera el enemigo huye, se fuga o se desvanece. Dios levanta a
su Hijo como bandera.
El Estandarte
“Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel
vencía; pero cuando él bajaba su mano, vencía Amalec… Moisés edificó un altar,
al que puso por nombre Jehová-nisi” (Éxodo 17:11,15)
El levantar bandera es la demostración de la gloria
y la presencia de Dios y de su pueblo. Cuando el Señor nos revela uno de sus
nombres, nos presenta un aspecto de Su esencia. El estandarte causa temor al
enemigo (Juan 12:32). Jesucristo como nuestro estandarte, es la luz en la
oscuridad.
Levantar es exaltar muy alto. El exaltar a Dios es
desatar a las personas, es salvación.
Al levantar a Jesucristo como pendón, como
estandarte, podrá ser hallado por los pueblos. Asimismo, el lugar donde está
levantado el estandarte es el más perseguido y el más cuidado. Al levantar un
estandarte debemos estar conscientes de que es consecuencia de haber levantado
a Cristo en nuestro corazón. Somos encargados de hacerlo para mostrar el nombre
de Jesús y proclamarlo sobre las potestades del mal.
“Levantad bandera sobre un alto monte. Alzad la voz
a ellos, alzad la mano, para que entren por puertas de jefes. Yo mandé a mis
consagrados y asimismo llamé a los valientes de mi ira, a los que se alegran
con mi gloria” (Isaías 13:2-3).
Levantar es una orden dada a nosotros. Alto monte,
nos habla de lo más alto, de lo mejor. Nos indica no rodear más el monte, sino
alcanzar su cúspide y colocar allí nuestra bandera (Jesucristo); además nos
insta a alzar la voz al enemigo. Cristo ya lo hizo todo por nosotros, es pues
nuestra parte alzar la mano con autoridad, decretar juicio sin separarnos de la
santidad. Dios nos ha llamado a consagrarnos, a ser sacerdotes, santos,
valientes, como los que se alegran, es decir, sus adoradores (Isaías 5:26;
49.22).
Cuando levantamos el nombre de Dios, algo sucede,
ya sea al levantar una bandera, un estandarte o nuestras manos. El único que
silba es Dios, cuando lo hace, atrae, recoge a los suyos (Jeremías 4:6; 50:2).
El enemigo huye, deja sus banderas. La bandera y el estandarte son instrumentos
de adoración, siguiendo formas que el Espíritu Santo nos da, respaldadas por la
Palabra.
La cruz es el asta que
levanta nuestro estandarte, JESUCRISTO.
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